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-Yos soy Gaspar. Aquí traigo el incienso.
Vengo a decir: La vida es pura y bella.
Existe Dios. el amor es inmenso.
¡Todo lo sé por la divina estrella!
-Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo.
Existe Dios. Él es la luz del día.
La blanca flor tiene sus pies en el lodo.
¡Y en el placer hay la melancolía!
-Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro
que existe Dios. Él es el grande y fuerte.
Todo lo sé por el lucero puro
que brilla en la diadema de la Muerte.
-Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos.
Triunfa el amor, y a su fiesta os convida.
¡Cristo resusrge, hace la luz del caos
y tiene la corona de la vida.
Rubén Darío.
3 comentarios:
Sirius, Ruben Darío...
Carpe Diem: gracias por tu visita
Carlos: no es ninguna molestia de verdad, es interesante tu relato yo no lo sabia y tu comentario si tiene que ver con el poema. Saludos
Gracias a ti Carlos!!! eso si lo sabía... jajejijoju
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