“…..Si, querido Guillermo, los niños son lo que conmueve mas mi corazón en la tierra. Cuando me detengo a observarlos y veo en estos pequeños seres el germen de todas las facultades que necesitaran ejercitar algún día; cuando descubro en sus pequeñas en sus caprichos o terquedades la futura y firmeza de carácter, o en sus travesuras y en su malicia misma el humor fácil y alegre que hace olvidar rápidamente las penas y los contratiempos de la vida, y todo esto de una manera tan franca y tan completa…..”. Werther de J.W Goethe.
Werther en una de sus cartas dirigidas a Guillermo, refleja algo que creó aun no puedo describir y es la inocencia de los infantes, esos que nos hacen olvidar la gran travesía de la vida los altibajos a los que estamos sometidos diariamente, con la sola mirada de un pequeño un día lleno de ajetreos estresantes, se transforma en un día lleno de esperanza, alegría y pureza. Cada niño lleva dentro una montaña de ilusiones de travesuras que pronto se desataran en el adulto, y los adultos llevamos dentro ese niño travieso al cual no es fácil dominar. Estamos en una época (Navidad), en la que el niño viene nos arma y nos desarma, hace desastres con nosotros tras esta gran obra de teatro mayoritario de edad.
Los niños son más que nuestro futuro, son la esperanza del llegar del traginar diario y encontrarse aun con inocencia, aun con una sorrisa desinteresada, los niños reflejan el amor que mueve al mundo.
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