18 julio, 2006

Hijas del Viento

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencia,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo de tu llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.


Alejandra Pizarnik

2 comentarios:

fgiucich dijo...

Has elegido a una poetisa que ha dejado huellas imborrables. Abrazos.

Salvatiere dijo...

Es, tan amable de tu parte compartir, y como el vals, "Sin medida, ni clemencia".


Agustin